Nuestro carisma de liberación intentamos vivirlo en distintos ámbitos y contextos, buscando siempre la liberación integral de la persona.
"Nuestros hermanos asuman la responsabilidad de dispensar su actividad apostólica en el ejercicio de los distintos ministerios que les confía la Iglesia universal o local, ya sea entre los fieles en el ministerio de la Palabra, administración de los sacramentos, oficio parroquial, enseñanza; ya entre gentes y colectividades que aún no conocen a Jesucristo, debiendo cooperar al apostolado misionero de la Iglesia misionera. Desempeñen, empero, con especial solicitud este apostolado con los pobres, desvalidos, abandonados, y en aquellos sitios donde es más de desear y digna de valor la promoción de la sociedad. Nuestros directorios expresen el modo cómo han de proyectarse todas las actividades apostólicas de la Orden" (Constituciones, n.24).